sábado, 5 de enero de 2013


SUBRAYADO A LÁPIZ: algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer - david foster wallace

“Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer” es un diario periodístico, escrito con una prosa más literaria que informativa, que analiza día a día y actividad a actividad la semana que David Foster Wallace pasó en un crucero de lujo por el Caribe en calidad de periodista de incógnito. El escritor no llega a involucrarse en el grupo de pasajeros que se embarca en el crucero compartiendo la misma ilusión infantil, porque ésta le produce verdadera repugnancia, asco, como deja patente en el análisis que hace del pasaje y la tripulación. No deja títere con cabeza.
Escritos durante la década de 1990, los ensayos y artículos de “Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer” constituyen una de las radiografías más irreverentes e hilarantes de la cultura americana de fin de milenio. Las subculturas televisivas, las entretelas del deporte de élite, la vida salvaje y surreal en el Medio Oeste o el turismo de lujo en el Caribe son algunos de los fenómenos que David Foster Wallace describe desde una perspectiva donde se entremezclan la familiaridad, el asombro y una mordacidad descabellada. En estos textos, publicados originalmente en revistas como Harper’s o Variety , el autor consigue dar una vuelta de tuerca inédita en la literatura norteamericana: aunar una capacidad analítica deslumbrante con una visión satírica corrosiva y la imaginación narrativa alucinante que conocemos de su ficción. Como un Guía de Fin de Milenio escrita a cuatro manos por Nathanael West y Don DeLillo. Como muchos de los trabajos de Wallace, el ensayo es muestra de un estilo de escritura con bríos, con un excesivo uso de comentarios a pie de página a lo largo del escrito para recalcar algunas cosas.

"He regateado por baratijas con niños desnutridos. Ahora conozco todas las razones y excusas imaginables para que alguien se gaste tres mil dólares en un crucero por el Caribe. Me he mordido el labio y he rechazado hierba jamaicana a un jamaicano de verdad.(...) He oído -y no puedo describirla- música reggae de ascensor. He aprendido lo que es tenerlo miedo a tu propio lavabo. Me he acostumbrado al movimiento del barco y ahora me gustaría desacostumbrarme. He probado el caviar y he estado de acuerdo con el niño sentado a mi lado en que es apestoso. Ahora entiendo el término Libre de Impuestos. Ahora conozco la velocidad máxima de un crucero en nudos.(...) He oído a gente en hamacas decir con total sinceridad que lo peor no es el calor, sino la humedad."

"Siempre hay parejas en este folleto, y cuando las fotografías son de grupos, siempre son grupos de parejas. Nunca encontré ningún folleto de Cruceros para solteros, pero mi mente se repliega solamente de imaginarlo. El primer sábado por la noche hubo una fiesta llamada Que se junten los Solteros en la Disco Scorpio de la cubierta 8 del Nadir; tras una hora de autohipnosis y control de la respiración, conseguí reunir el valor para ir, pero incluso aquella fiesta estaba formada por un 75 por cierto de parejas establecidas, y los pocos solteros con menos de setenta años teníamos todos un aspecto lúgubre y autohipnotizado, y todo aquello era como para cortarse las venas, y me batí en retirada al cabo de media hora porque aquella noche estaba programado Parque Jurásico en la tele y yo no había visto la programación entera y no sabía que Parque Jurásico iba a ser emitida varias docenas de veces durante la semana siguiente."

"Por lo visto la bromita de costumbre de Mona en los Cruceros de Lujo es mentir al camarero y al maître diciendo que el jueves es su cumpleaños, de manera que en la cena formal del jueves consigue banderitas y un globo en forma de corazón atado a su silla y un pastel para ella sola y todo el personal del restaurante sale, forma un círculo y le canta. Su verdadero cumpleaños, tal como me informa el lunes, es el 29 de julio, y cuando le digo que el 29 de julio era también el cumpleaños de Benito Mussolini la abuela de Mona me dirige una mirada sepulcral, pero a Mona le excita la coincidencia, al parecer porque confunde los nombres Mussolini y Maserati."

"Casi todo el mundo ha venido al Nadir en pareja y cuando caminan durante la marejada suelen apoyarse en sus parejas como si fueran novios adolescentes. Es evidente que les gusta hacerlo: las mujeres tienen un truco consistente en agarrarse fuerte a los novios y acurrucarse al caminar, mientras que los hombres enderezan la espalda, ponen la cara seria y salta a la vista que se sienten peculiarmente fuertes y protectores. Un Crucero de Lujo 7NC está lleno de estos momentos inesperadamente románticos como intentar ayudarse mutuamente cuando el barco se bambolea: uno se da cuenta de por qué a las parejas ancianas les gusta ir de crucero."

"Esto está relacionado con el fenómeno de la Sonrisa Profesional, una pandemia nacional en la industria de los servicios. Y en ninguna parte he recibido tantas sonrisas profesionales como en el Nadir. Ya conocen esa sonrisa, esa sonrisa que no llega a los ojos del que sonríe y que no significa nada más que un intento calculado de adelantarse a los intereses del que sonríe fingiendo que le cae bien el objeto de la sonrisa. ¿Por qué los empresarios y gerentes obligan a los profesionales de los servicios a irradiar la Sonrisa Profesional?¿Soy el único consumidor en quien dosis elevadas de esa sonrisa producen desesperación?¿Soy la única persona que está segura de que el número creciente de casos en que gente de aspecto totalmente ordinario aparecen con armas automáticas en centros comerciales, oficinas de seguros, complejos médicos, y McDonalds guarda alguna relación causal con el hecho de que estos lugares son centros notorios de difusión de la sonrisa Profesional? ¿A quién creen que engañan con la Sonrisa Profesional? Y sin embargo, ha llegado un momento en que la ausencia de Sonrisa Profesional también causa desesperación.(...) Menudo jaleo coño."

ENTRELECTORES