martes, 22 de mayo de 2012


JE VAIS BIEN, NE T´EN FAIS PAS - philippe loiret (2006)

Basada en la novela homónima del escritor Olivier Adam, Philippe Lioret, director que viene dando que hablar en la última década por su magnífico trazo en historias dramáticas cotidianas, consigue con "Je Vais Bien, Ne t'en Fais Pas" un resultado realmente notable a la hora de trasladar el dolor que una ausencia puede llegar a provocar en una familia común. Con sobriedad, con sutileza, narrando el día a día estas personas que luchan contra el dolor provocado por la perdida de un hijo y hermano, Lioret crea una trama a la que no faltarán giros magníficamente llevados. De igual modo el director francés nos sobrecogerá con unos personajes en los que las falsas caretas y las mentiras bientencionadas se llevan hasta tal punto que solo el dolor más extremo podrá servir de excusa ante ellas. Y si alguien es culpable de que toda esta historia funcione de manera tan orgánica esa no es otra que la sobresaliente Mélanie Laurent, actriz a la que ya se ha podido ver dando el salto al cine americano en Malditos Bastardos, o en la genial obra maestra de Mike Mills, Begginers, y que aquí, en su primer gran éxito, se come la pantalla con esa extraña belleza de melancólica sonrisa que nos embauca dentro de una interpretación desgarradora de principio a fin. Con el broche final del tema central de la banda sonora "U Turn (Lili)", una pieza sobrecogedora que su hermano escribe en el film a la propia Claire (M.Laurent), se culmina una pequeña película francesa de esas que descubres casi por casualidad, y que en una de estas te arreglan (o no, según se mire) la noche.

TORRENT

martes, 15 de mayo de 2012


SUBRAYADO A LÁPIZ - bullet park - john cheever

Bienvenidos a Bullet Park, el paraíso de la clase media norteamericana. En este entorno ejemplar seremos testigos del fatídico encuentro entre dos hombres: por un lado, Eliot Nailles, un ciudadano totalmente integrado en su comunidad que, pese a sus contradicciones internas, quiere a su mujer y a su hijo hasta la feliz enajenación, y, por otro, un nuevo vecino, Paul Hammer, un desarraigado que, tras media vida de vagabundeo, decide comprar una casa en Bullet Park. Coincidiendo con la llegada del forastero, Naulles verá cómo su pequeño mundo se va resquebrajando poco a poco. La tragedia se desata cuando su hijo empieza a tener problemas en la escuela y se intensificará hasta unos límites insospechados. Esta obra es un canto lírico, mordaz y divertido a las zonas residenciales y a toda la supuesta normalidad que representan.

"Hablan más que nadie de libertad e independencia, pero suministran dinero, armamento y técnicos para aplastar la libertad y la independencia cada vez que aparecen. Detesto mentir y detesto las falsedades, y cuando tienes un mundo que admite a tantos mentirosos, supongo que tienes un motivo para estar triste. De hecho, yo no tengo tanta libertad e independencia como me gustaría. La ropa que me pongo, lo que como, mi vida sexual y gran parte de lo que pienso están bastante regimentados, pero a veces me gusta que me digan lo que tengo que hacer. No soy capaz de ver lo que está bien y lo que está mal en cada situación."


"Ya veo que no le queda mucho tiempo -dijo el vagabundo-. No le queda mucho tiempo en este mundo con una tos como ésa. ¡Ja, ja! Un médico me dijo eso hace veintiocho años, y ¿sabe donde está ese médico ahora? A tres metros bajo tierra, viendo crecer las margaritas. Murió al año siguiente. El secreto para mantenerse joven es leer libros para niños. Si lees libros para niños, conservas la juventud. Si lees novelas, libros de filosofía y ese tipo de cosas, te sientes viejo. ¿Usted suele pescar en el río?"


"Los Ridley eran una pareja que había aportado a la santa institución del matrimonio una cualidad decididamente comercial, como si casarse y concebir niños, criarlos y educarlos fuera asimilable a la manufactura y la comercialización de algún producto útil, fabricado en competencia con otros industriales. No eran George y Helen Ridley; eran los Ridley. Daban la sensación de que podrían haberse constituido en sociedad anónima y vender acciones de su destino en el mercado paralelo. Los Ridley eran las palabras pintadas en la puerta de su furgoneta. Los Ridley era el cartel al pie del sendero que conducía a su garaje. En su casa, las cajas de cerillas, los posavasos y las servilletas estaban todos marcados con su nombre. Presentaban a sus agraciados hijos ante los invitados con la actitud de vendedores que señalaban las virtudes de un modelo de coche en el salón del automóvil. Las pasiones, las penas, las alegrías y las preocupaciones mezquinas de todo matrimonio no parecían haber menoscabado la eficacia de su organización. Se hubiese dicho que probablemente tenían sucursales y un equipo de vendedores en la calle. Eran muy tacaños con el licor; por eso, al volver de su casa, Nailles se preparó una copa para él y otra para Nellie."


"En cuanto puse los pies en la habitación amarilla, sentí la paz de espíritu que había ansiado cuando vi por primera vez aquellas paredes en una calle secundaria, cerca de la estación de Pensilvania. A veces entras a un establo, en una carpintería o en una oficina de correos de pueblo y te sientes inesperadamente en paz con el mundo. Suele ser al final del día. El lugar desprende buen olor (he de incluir a las panaderías). El mozo, el carpintero o el empleado de correos tiene un rostro tan transparente y libre de inquietudes que sientes que en ese lugar nunca ha sucedido ni sucederá nada malo, experimentas una sensación de adecuación y santidad que a mi entender nunca ha conseguido ninguna iglesia."


BULLET PARK - ENTRELECTORES

lunes, 7 de mayo de 2012


PARANOID PARK - gus van sant (2007)

Gus Van Sant es uno de esos directores con la habilidad de hacer en cada momento lo que le da la gana dejando casi siempre contento al público al que dirige sus obras, a la vez que irritando hasta el extremo al que no. Paranoid Park se encontraría más cercana de su filmografía destinada al público minoritario, si bien no es esta de la más extrema en lo que a experimentos, ya sean de guión o en cuánto a lenguaje cinematográfico, se refiere. Encuadrada en un terreno intermedio quizás, este paranoide (nunca mejor dicho) film noir de genuino envoltorio nos cuenta la historia de un homicidio en el que un joven skater llamado Alex se ve involucrado. Paradójicamente no sabemos muy bien si fruto de la casualidad, o debido precisamente al entorno y el contexto de su protagonista, pero lo cierto es que la soledad de éste y su relación, solitaria claro, con su tabla de skate, tendrán un desarrollo fatal para un pobre adolescente que como tantos otros no tiene el ambiente que desearía. Realizada a continuación de lo que se llamó "La trilogía de la muerte" ("Gerry", "Elephant", "Last Days"), lo cierto es que la película de Van Sant no está muy alejada en cuanto a discurso de estas, y pese a una mayor convencionalidad, no faltan aquí tampoco los juegos con el tiempo narrativo, así como la introducción de elementos underground forma de bellas tomas en Super 8 grabadas en torno a los Skate Park. Soledad y muerte son también aquí los temas dispuestos, y de igual modo el dominio de lo visual (con la magnífica fotografía de Christopher Doyle) y del sonido no expresado en palabras, hacen que el film se acerque más a los postulados de la mencionada trilogía. Está sin embargo esta vez todo ello acompañado de música que correrá a cargo, bien de habituales del cine clásico como las adaptaciones de piezas de Nino Rota, o bien de artistas de la cultura popular como el folk de Cast King, el pop de Billy Swan, el hardcore de The Revolts, y por supuesto las canciones de Elliott Smith, representado aquí por "The White Lady Loves You More" y por la sublime "Angeles". Una buena película para meternos en la piel de un adolescente solitario y perdido que como siempre gustará más de lo debido una parte de los espectadores, y que irritará también en exceso a la otra. Como suele decirse, ni tanto ni tan poco.

Torrent