jueves, 9 de abril de 2015


SUBRAYADO A LÁPIZ: canciones de amor a quemarropa - nikolas butler

Henry, Lee, Kip y Ronny crecieron juntos en el mismo pueblo de Wisconsin, Little Wing. Amigos desde niños, sus vidas comenzaron de manera similar, pero han tomado caminos distintos. Henry se quedó en el pueblo y se casó con su primera novia, mientras que el resto lo abandonó en busca de algo más: Ronny se convirtió en un famoso cowboy de rodeo, Kip en exitoso agente de bolsa y Lee en una estrella de rock de fama mundial. Cuando se vuelven a reunir en una boda, todos tratan de recuperar su vieja amistad pese a lo mucho que han cambiado. Entre la alegría del encuentro las antiguas rivalidades renacen y los viejos secretos amenazan con destrozar amistad y amor. Una novela sobre las cosas que importan: el amor y la lealtad, el poder de la música y la belleza de la naturaleza. Un relato maravilloso, emotivo y profundo que trata de un viejo tema: ¿podemos sentirnos alguna vez realmente en casa?
"Ronny se quedó un poco tristón, y advertí que se lamía los labios agrietados al ver a nuestros amigos beber al calor del sol: la cerveza bajando garganta abajo, los labios mojados, el aire súbitamente perfumado con el dulce aroma a cerveza americana barata. Era el olor de nuestra infancia, el olor de los silos y los graneros y los campos en los días de siega. La cerveza era nuestro tónico, y yo comprendía a la perfección la tortura por la que estaría pasando Ronny. No tenía el cerebro tan dañado como para haber olvidado las luces mortecinas de nuestros bares de siempre y el ruido de nuestros jukeboxes favoritos. Ni las noches que habíamos pasado en el campo, tumbados en la caja descubierta de una vieja camioneta, vaciando docenas de latas de cerveza y arrojándolas luego a los diques en esos maizales infinitos. Ni cómo después, borrachos, hacíamos el amor: el tacto de los dedos, el peso de los pechos, la caricia de las piernas, los forcejeos con las tercas cremalleras, los tirones que había que darles a unos vaqueros demasiado ajustados. La cerveza había sido el motor de nuestros mejores recuerdos." H



"Cuando no tenía otro lugar adónde ir, siempre volvía a Little Wing. Cuando no tenía nada de nada, volvía a LittleWing. Volvía aquí y, de la nada, hacía algo. Aquí podía vivir sin apenas dinero; no tenía en qué gastarlo ni a quién impresionar. Aquí a la gente solo le importa tu espíritu de trabajo, tu amabilidad y tu capacidad. Yo volví a Little Wing y aquí descubrí mi voz como quien descubre algo que se le ha caído del bolsillo, como si fuera un souvenir que llevara tiempo olvidado. Y cada vez que vuelvo aquí me encuentro rodeado de gente que me quiere, que se preocupa por mí, que me protege como si levantara una tienda de calor. Aquí escucho cosas, aquí el mundo tiene un latido distinto, el silencio suena como una cuerda que alguien hubiera rasgado millones de años atrás, música en los álamos y los abetos y los robles, hasta en los campos y en el maíz que se seca al sol. ¿Cómo le explicas todo eso a alguien? ¿Cómo le explicas todo eso a alguien a quien quieres? ¿Y si no te entiende?" L




"Los lobos, los osos, los fantasmagóricos alces, los linces rojos y los pumas. Los gansos que vuelan en escuadrillas uniformes y los patos y los colimbos. Pero mis favoritos siguen siendo los ciervos. Los prados que contemplo, las familias que los recorren como nómadas o refugiados o, mejor aún, como nativos; nunca lo sabré. Me he quedado dormido en sus camas, esos lugares de la pradera en los que han aplanado la hierba, la han calentado con su cuerpo y se han dormido soñando... ¿soñando qué? En Wisconsin hay gente, lo sé, a quienes los ciervos les parecen alimañas, una plaga, prácticamente, una especie que no da más que problemas, una especie que cada día se suicida en masa abalanzándose sobre el tráfico, criaturas que se cargan cultivos y estropean jardines y cuya población ha crecido hasta convertirse en una epidemia. Pero a mi nunca me lo ha parecido. Si hay tantos ciervos es por nosotros. Ellos no tienen la culpa. Puede que tal vez lo que sobre sean humanos: demasiada gente conduciendo coches, comiendo demasiado maíz, construyendo demasiadas casas y acorralando a los lobos y los coyotes. Adoro los ciervos." L




"Yo solo quería estar más cerca de ella, creo. Quería estar en compañía de una mujer. Quería estar en la cama con una mujer y olerle el pelo a una mujer y tocarle el vientre a una mujer, y más que ninguna otra cosa, quería hablar con alguien. ¿Era sincera la carta que le había escrito a Beth? Creo que sí. Creo que era completamente sincera, aunque después de tantos años ya no sabría decirlo. Nos acostamos juntos, eso sí que no lo puedo negar, y me niego a lamentarlo, eso es, y esa noche la recordaré durante el resto de mi vida. Me he acostado con cientos de mujeres. Más de mil, tal vez. Habré tenido más amantes que Little Wing vecinos. Pero esa noche con Beth es la única que recuerdo. Es la que me confunde, la que hace que el corazón me duela, la que me acelera el pulso. ¿Qué clase de amigo soy yo que me acuesto con la mujer de mi mejor amigo? Entonces no estaban casados, cierto -por aquella época ni siquiera salían juntos-, pero aún así. Lo he mantenido en secreto durante todos estos años, y supongo que Beth también. ¿Significará eso que nos avergonzamos de lo que hicimos? O, simplemente, tal vez, que queremos guardárnoslo para nosotros solos como si fuera un sueño inexplicable, un sueño que, al despertar, quieres retomar de nuevo, deliciosamente, un sueño en el que podrías quedarte siglos mientras tu cuerpo envejece y tu lecho está cada vez más gastado y la gente a la que quisiste se desvanece y muere en los límites de tu realidad." L




"Creemos que el mundo es constante, que, bajo nuestros pies, vaga por el espacio día y noche, con lluvia y con sol. Y llega el día en el que te caes del planeta y empiezas a flotar en el espacio exterior, y todo lo que parecía cierto, todas las leyes que antes habían regido tu vida, todas las reglas y las normas que mantenían las cosas en su sitio, que te mantenían a ti en tu sitio, han desaparecido. Y ya nada tiene sentido. Adiós a la gravedad. Adiós al amor." H




"A esa noche con Lee de habían seguido unos meses de apatía en mi trabajo de camarera y en la peluquería y, podríamos decir que si mi vida llegó alguna vez a descarriarse, fue durante esa época. Nunca volví a acostarme con Lee, pero pasamos semanas enteras llamándonos por la noche casi sin aliento, acostados boca arriba cada uno en su cama, igual que adolescentes locos de amor, aunque, en nuestro caso, ninguno de los dos iba a reconocer que estaba enamorado o que no lo estaba." B




"América, diría yo, consiste en gente pobre tocando música y en gente pobre compartiendo comida y en gente pobre bailando aun cuando llevan una vida tan desesperante y tan deprimente que ya ni debería haber sitio para la música o para algo de comida extra, cuando no deberían quedarles energía ni para bailar. Y ya me pueden venir con que no tengo razón, con que somos un pueblo puritano, un pueblo evangélico o un pueblo egoísta, pero yo no lo creo. No quiero creerlo." L