Como suele pasar muchas veces con los estrenos americanos en los que no sale el Brad Pitt o la Julia Roberts de turno, "Warrior" ha visto como transcurría el 2011 y no tenía cabida en la oferta cinematográfica de la cartelera española. No hace mucho, cuando ya muchos habíamos perdido la esperanza y la habíamos visto mediante descargas de la web, se estrenó en España bastantes meses después de su salida en EEUU y otros países del globo el film protagonizado por Ryan Gosling, "Drive". Esta tuvo suerte, y aunque tarde, finalmente llegó a nuestras pantallas. Otras muchas grandes películas sin embargo no corren la misma suerte, y la ceguera de las distribuidoras permite que mientras las carteleras se llenan de películas absurdas, otras estupendas y arriesgadas obras queden en el olvido más absoluto, o a las buenas sean estrenadas meses e inclusos años después de su fecha oficial. "Warrior" tiene pinta de convertirse en otro film de culto para nosotros, españolitos sin acceso a una oferta real de lo que sucede más allá de nuestras fronteras, y salvo que lo enmienden pronto, el único acceso a la cuarta película del director Gavin O´Connor lo tendremos que buscar en la web...
Después del habitual sermón sobre lo incomprensible de algunas políticas del negocio cinematográfico, vamos con lo que interesa... "Warrior" se nos presenta apenas un año después que "The Fighter" con el inconveniente temático de contar una historia parecida sobre dos hermanos muy diferentes entre sí cuya vida gira en torno al espectáculo de las peleas (boxeo en un caso, artes marciales en el otro). A partir de aquí la cosa cambia, y aunque el discurso de superación y lucha es similar, lo que nos cuenta "Warrior" nos llega mucho más hondo que lo que conseguía provocarnos la película de Bale y Wahlberg. Con una potencia visual increíble que se acentúa en una última hora con combates espectacularmente rodados, una fotografía cuidada con esmero, y un ritmo trepidante que hace que sus 140 minutos se pasen en un suspiro, el nuevo film de O´Connor consigue contar una historia previsible de una forma tan sugerente y atractiva que lo diferencia de la mayoría de películas del género. Sus dos protagonistas Joel Edgerton y Tom Hardy, acompañados de grandes secundarios entre los que destaca un expresivo y emocionante Nick Nolte en el papel de padre alcohólico, consiguen dar con el alma necesaria en sus interpretaciones como para meternos en ese drama familiar que nos sacude de la misma forma que sus cuerpos lo hacen con cada golpe recibido. Acción y drama combinados de una forma tan brillante que ni te paras a pensar que lo que estas viendo te lo podías imaginar desde el minuto 5 de película. No hay tiempo para ello porque antes de que lo puedas pensar ya estas absorto en un argumento auténtico que nos habla de peleas, sí, pero de ellas lo que más nos importa y conmueve no es la pelea del ring, sino la lucha diaria que arrastran sus personajes fuera de este. Si a esto le sumamos que "Warrior" empieza y acaba con dos sublimes piezas musicales de los norteamericanos The National, ya tenemos todos los ingredientes para auparla como la revelación de culto del pasado año.
Después del habitual sermón sobre lo incomprensible de algunas políticas del negocio cinematográfico, vamos con lo que interesa... "Warrior" se nos presenta apenas un año después que "The Fighter" con el inconveniente temático de contar una historia parecida sobre dos hermanos muy diferentes entre sí cuya vida gira en torno al espectáculo de las peleas (boxeo en un caso, artes marciales en el otro). A partir de aquí la cosa cambia, y aunque el discurso de superación y lucha es similar, lo que nos cuenta "Warrior" nos llega mucho más hondo que lo que conseguía provocarnos la película de Bale y Wahlberg. Con una potencia visual increíble que se acentúa en una última hora con combates espectacularmente rodados, una fotografía cuidada con esmero, y un ritmo trepidante que hace que sus 140 minutos se pasen en un suspiro, el nuevo film de O´Connor consigue contar una historia previsible de una forma tan sugerente y atractiva que lo diferencia de la mayoría de películas del género. Sus dos protagonistas Joel Edgerton y Tom Hardy, acompañados de grandes secundarios entre los que destaca un expresivo y emocionante Nick Nolte en el papel de padre alcohólico, consiguen dar con el alma necesaria en sus interpretaciones como para meternos en ese drama familiar que nos sacude de la misma forma que sus cuerpos lo hacen con cada golpe recibido. Acción y drama combinados de una forma tan brillante que ni te paras a pensar que lo que estas viendo te lo podías imaginar desde el minuto 5 de película. No hay tiempo para ello porque antes de que lo puedas pensar ya estas absorto en un argumento auténtico que nos habla de peleas, sí, pero de ellas lo que más nos importa y conmueve no es la pelea del ring, sino la lucha diaria que arrastran sus personajes fuera de este. Si a esto le sumamos que "Warrior" empieza y acaba con dos sublimes piezas musicales de los norteamericanos The National, ya tenemos todos los ingredientes para auparla como la revelación de culto del pasado año.
THE NATIONAL - ABOUT TODAY: http://www.youtube.com/watch?v=r26VsCGCgb0&feature=related
THE NATIONAL - START A WAR: http://www.youtube.com/watch?v=k1UwnMJ-5KE
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