jueves, 13 de febrero de 2014


SUBRAYADO A LÁPIZ: catedral - raymond carver

Se ha afirmado que el relato es la forma narrativa por excelencia en la literatura norteamericana actual y que Raymond Carver es el maestro indiscutible en este registro. En cada relato de Catedral se revela la presencia latente o la intrusión de terrores extraordinarios en una existencia ordinaria. Sus personajes son gente de lo más común: trabajadores manuales, empleaduchos, parados, parejas a la deriva, desamparados, golpeados por la vida. Su estilo es escueto, lacónico, opera por sustracción; se ha dicho que Carver inaugura una nueva visión, un nuevo método, una nueva tonalidad. 


"Sin excepción, era el niño más feo que había visto nunca. Era tan feo que no pude decir nada. Las palabras no me salían de los labios. No es que estuviese enfermo ni desfigurado.  Nada de eso. Simplemente era feo. Tenía una cara grande y roja, ojos saltones, frente amplia y labios grandes y gruesos. Carecía de cuello propiamente dicho, y tenía tres o cuatro papadas bien llenas. Le formaban pliegues justo debajo de las orejas, que le brotaban de la cabeza calva. Carne grasienta le colgaba sobre las muñecas. Sus brazos y dedos eran gruesos. Llamarle feo era decir mucho en su favor." (Plumas)




"Entonces dije una cosa. Figúrate, sólo imagínate que nunca ha pasado nada. Suponte que ésta ha sido la primera vez. Supóntelo. Suponer no hace daño. Digamos que lo otro no ha sucedido jamás. ¿Sabes lo que quiero decir? ¿Entonces, qué?.
Wes me miró con fijeza. Entonces calculo que tendríamos que ser otras personas, si se diera el caso, dijo Wes. Distintas. Ya no puedo hacer esa clase de suposiciones. Nacimos para ser lo que somos. ¿Entiendes lo que quiero decir?
Le contesté que no había dejado algo bueno ni recorrido casi mil kilómetros para oírle hablar así.
Lo siento, pero no puedo hablar como alguien que no soy, dijo Wes. Yo no soy otro. Si lo fuese, con toda seguridad no estaría aquí. Si fuera otro, no sería yo. Pero soy como soy. ¿No lo entiendes?" (La Casa de Chef?)



"Nelson seguía buscando en los bolsillos. Sacó una cartera del bolsillo interior y la puso sobre la mesa. Le dio unas palmaditas.

- Ahí tengo cinco de los grandes. Escucha -le dijo a Donna-. Te voy a dar dos. ¿Entiendes? Te doy dos de los grandes y me haces una mamada. Igual que la mujer de éste le estará haciendo a otro tío grande. ¿Me oyes? Ya sabes que ella se la estará chupando a otro en este mismo momento, mientras que él está aquí metiéndote mano debajo de la falda. Lo justo es lo justo. Toma.

Sacó de la cartera las esquinas de los billetes.

- Bueno y otros cien para tu buen amigo, para que no se sienta despreciado. No tiene que hacer nada. Tú no tienes que hacer nada -me dijo Nelson-. Sólo quedarte aquí sentado, beberte la copa y escuchar música. Buena música. Esta tía y yo salimos juntos como buenos amigos. Y luego vuelve sola. No tardará mucho."(Vitaminas)




"La mujer se llamaba Miss Dent, y aquella tarde había encañonado a un hombre con una pistola. Le había obligado a arrodillarse en el polvo suplicando que le perdonara la vida. Mientras los ojos del hombre se llenaban de lágrimas y sus dedos estrujaban hojas caídas, ella le apuntaba con el revolver y le cantaba cuatro verdades. Trataba de hacerle comprender que no podía seguir pisoteando los sentimientos de la gente." (El Tren)